Dice Jesús a santa Faustina, al invitarla a dejarse abrazar por su misericordia meditando en su Pasión: “A las tres, ruega por Mi misericordia, en especial para los pecadores y aunque sólo sea por un brevísimo momento, sumérgete en Mi Pasión, especialmente en Mi abandono en el momento de mi agonía. Ésta es la hora de la gran misericordia para el mundo entero… En esta hora nada le será negado al alma que lo pida por los méritos de Mi Pasión…” (Diario de Sta. Faustina, 1320).
Infografía:
- Se hace la señal de la Cruz y se dice: Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. Oh fuente de vida, insondable Misericordia Divina, abarca al mundo entero y derrámate sobre nosotros.
- Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío. (3)
- En esa hora procura rezar el Vía Crucis, en cuanto te lo permitan tus deberes; y si no puedes rezar el Vía Crucis, por lo menos entra un momento en la capilla y adora en el Santísimo Sacramento a Mi Corazón que está lleno de misericordia. Y si no puedes entrar en la capilla, sumérgete en oración allí donde estés, aunque sea por un brevísimo instante.
- Al terminar dirás: Oh Dios eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa, y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en los momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y misericordia mismos.